Entrevista Cadena SER

Anécdotas de los cursos (I)

Cuando comencé los cursos y a escribir este blog, en el verano de 2010, tenía claro que no quería escribir artículos técnicos ni de formación ya hay muchos blogs que hablan de estos temas. ¿De qué se puede escribir entonces en un blog de patinaje? Mi amigo @jorjeivan me dio la respuesta: "Tus alumnos inspirarán tus artículos." Y tenía razón. Desde entonces no he parado de recibir información para nuevos artículos, lo que se llama "retroalimentación", que ha servido para perfeccionar los cursos y en solo cinco sesiones, preparar a una persona para salir a pasear en patines.

Hoy me centro en anécdotas que he ido recopilando durante los cursos, intentaré hacer varios artículos sobre ellas. En ningún momento se trata de ridiculizar a nadie, más que nada, porque creo que yo mismo he pasado por todas esas situaciones en mis comienzos. Espero que os gusten.

Los conos "de obra"
En uno de los cursos de iniciación, fui con antelación suficiente a la primera sesión para colocar unos conos de colores en la explanada con el objeto de delimitar una zona de prácticas y ensayar diversas habilidades. En la sesión siguiente una alumna me vio colocar los conos y dijo sorprendida. "¡Pero si yo pensaba que los conos ya estaban empotrados en la explanada!". Risas. Después, pensándolo bien, quizás no sería una mala idea, ¿verdad?
Los conos "de  obra"

Cruzado mágico
A veces hay dependientes de tiendas de deporte (no quiero decir el nombre) que demuestran tener poca formación en el material material que venden. En uno de los cursos, una alumna vino con unas protecciones XXL en lugar de la talla S que sería la apropiada para ella. El argumento del vendedor fue que así "le molestarían menos y no le apretarían". El resultado fue que ninguna protección podía cerrarse con el velcro, pues iban muy grandes. Las rodilleras se convertían en tobilleras. Tuvimos que cruzar y hacer nudos con las tiras de los cierres porque las protecciones "se caían", incluso podían rodear con una vuelta adicional el brazo, las rodillas o las muñecas.

Las muñequeras, esas cosas...
Ponerse las muñequeras al revés: Es normal que hagas esto si no te has puesto en la vida unas muñequeras. También es normal cambiar protecciones de las extremidades derechas por las izquierdas e incluso ponerlas con la parte de arriba hacia abajo. Esto lo revisamos siempre antes de la primera sesión. Pero que te pase esto en la ruta fin de curso... no tiene precio.
¡Están colocadas al revés!

La etiqueta:
No será el primero ni el último patín que veo con la etiqueta puesta. ¿Esperarían a devolverlos si no les gustaba el patinar?
¿Son nuevos, verdad?

¿Cómo me pongo las rodilleras?
Suele pasar el primer día del curso, afortunadamente la lección se aprende enseguida y no se vuelve a repetir. La bienvenida a los alumnos es siempre: "¡Hola buenos días, bienvenido/a! Siéntate y ponte primero las rodilleras, la de la derecha suele llevar etiqueta. Cuando tengáis las rodilleras colocadas, poneos los patines, bien atados y ajustados."
No sé por qué pero siembre lo hacen al revés: primero los patines y después intentan ponerse las rodilleras, y claro, eso, es imposible (a no ser que utilices rodilleras con cremallera).
He aquí la prueba:
Ay sí... ¡las rodilleras!

¡Ese casco!
Una marca de Patinar.org ha sido siempre el uso del casco en todos mis cursos. Sí o sí. Las protecciones nunca están de más, y son imprescindibles para todos aquellos que se inician. Pero... hay formas y formas de ponerse un casco.
Es normal que si nunca te has puesto uno, no sepas de qué va, como le ocurrió entre otros, a esta simpática patinadora:

Bueno, pues tampoco queda mal así.

El "interruptor de bloqueo".
Cuando comenzamos la primera sesión, siempre hay alguien que está muerto de miedo, como al borde de un precipicio, con las piernas temblando y sudando tinta. Cuando me encuentro con alguien así, lo primero que le digo es "apaga el interruptor de bloqueo". Dos veces me han preguntado mirando sus patines "¿Dónde está el interruptor de bloqueo que no lo veo?". Risas.

Interruptor de "bloqueo" bajo el casco.
Por si acaso lo explico: el "interruptor de bloqueo" no está en los patines, tampoco en el casco. Está en el cerebro. Tienes que concienciarte de que vas disfrutar de una actividad, aprender a patinar no es algo que hayas elegido para sufrir o marcarte un reto de "lo tengo que hacer porque sí". Piensa que vas a iniciarte en algo que solo te traerá beneficios. Apaga el interruptor.

¡Hasta el artículo que viene!

La experiencia de nuestros alumnos (XII)

Y este artículo lo escriben por partida doble. Isabel y Guzmán nos cuenta su experiencia en la iniciación al patinaje:
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La idea de aprender a patinar surgió en Mayo del año pasado, tomando una cervecita en una terraza playera. Vimos pasar a una pareja de patinadores...y nos quedamos mirándolos los dos...
-"Sabes que a mí me gustaría aprender a patinar? Alguna vez lo he pensado pero al final nunca me animé".
- "Pues a mí también me gustaría, podríamos mirarlo"
Y así quedó la idea de que la siguiente vez que fuéramos por allí podríamos recorrer ese paseo marítimo patinando.

A partir de ahí, la idea fue tomando forma. Primero mirando por internet que material necesitábamos, para pasar a los poco días a la acción, acercándonos a una tienda de deportes. Allí estuvimos un buen rato probando patines e intentando levantarnos del banquito con ellos puestos (todo un reto por aquel entonces, ahora parece mentira que nos resultara tan difícil!)

Y el caso es que ese día no compramos aún los patines, pero la idea ya estaba ahí, imparable, y seguimos mirando cual era la mejor forma de empezar a patinar. Un día ya nos lanzamos y fuimos decididos a por todo: patines y por supuesto, protecciones y casco. Y al día siguiente, directos a estrenar los patines a un lugar planito y seguro. Para ser el primer día no se nos dio mal, conseguimos levantarnos y patinar que no es poco! Lo malo vino cuando encontramos los primeros obstáculos: una "pequeña" cuesta en la Expo que terminó en aterrizaje forzoso en el césped, otras cuestas por Valdespartera que no sabíamos como bajar...

Guzmán e Isabel durante el curso
Así, decidimos mirar en serio lo de hacer un curso de patinaje, porque necesitábamos saber cómo frenar bien, cómo hacer giros, como encarar una cuesta y que alguien nos ayudara a evolucionar un poquito. Habíamos visto ya en el Facebook de una amiga la página de Patinar.org y que hacían cursos de fin de semana donde en 5 días salías de allí patinando y haciendo una ruta, así que ya nos pusimos en contacto con JAM y nos apuntamos.

En el curso aprendimos con JAM y Peter las reglas principales del patinaje y las técnicas básicas: la postura de seguridad, la tijera, como frenar, como hacer giros...Las cinco clases pasaron volando, y además en Junio y con buen tiempo fueron unos fines de semana geniales en los que hasta pudimos ver a Fluvi de nuevo por el recinto Expo. Terminamos con la ruta de fin de curso, paseito por la Ribera, que logramos completar con éxito (puede que no con nota, pero sin caernos!).
Con Fluvi, la mascota oficial Expo 2008
Y luego la primera ruta "Easy Easy" y la primera de "Ruedas Cuadradas", dónde vimos cómo todo el mundo te ayudaba y animaba en esos primeros momentos donde algunos aún nos sentimos un poco pez. Con ese pequeño rodaje, en las vacaciones volvimos al paseo marítimo donde surgió la idea...y no sólo es que fuéramos capaces ya de patinar por allí, sino que nos parecía un terreno de lo más sencillo!
En una ruta de domingo con ZaragozaRoller
A esas primeras rutas, han seguida unas cuantas más, algunas tan originales como la de Halloween donde patinamos con unas ciento y pico "entrañables" criaturas como zombies (algunos sacados de video-clips terroríficos!), brujas, vampiros, novias, novios y curas cadáveres, y algún Freddy Krueger y colegiala sangrienta que otro.
En la ruta Halloween
Así qué sí alguna vez te has planteado aprender a patinar, inténtalo! Es una afición divertida y sana, donde conocerás a gente con muy buen rollo y que te ayuda desde el primer momento. Y además, es una afición portátil! te la puedes llevar en tu maleta y conocer otras ciudades subido en tus 8 ruedas. Nuestros patines ya han paseado por el Puerto de Tarragona, el Retiro o la Barceloneta, y esperamos que sigan roleando por otros lugares...Te imaginas patinar por Ipanema o Malibú?, todo se andará...! Pero de momento, somos unos afortunados porque tenemos una ciudad y una ribera muy "patinables"!

Ánimate, lo disfrutarás!

La experiencia de nuestros alumnos (XI)

Santiago, que ahora se hace llamar Santi Roller, y su experiencia. Espero que os anime a aquellos que estáis indecisos en poneros unos patines.
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Como supongo que le pasará a todo el mundo, muchas veces vemos a los demás hacer actividades que siempre nos hubiera gustado hacer, pero pensamos que ese tren ya pasó, y ya no es momento de comenzar. 
En mi caso, una de ellas era el patinaje. Siempre he envidiado a los patinadores que veía por la calle, pero como consideraba que es una cosa que, o se aprende de niño, o debes olvidarte… pues ni me planteaba aprender. Si a esto le sumamos que me soy bastante torpe para las actividades deportivas, pues ya ni hablar del tema. 
Santi durante el curso
Un buen día de septiembre, una compañera me comentó que había hecho un curso de patinaje para adultos (en patinar.org), y que en 5 días era capaz de salir a patinar con cierta dignidad. Esto me llamó la atención, y empecé a preguntarle sobre dicho curso. Finalmente me animé y llamé a JAM para explicarle literalmente “Tengo 40 años y siempre he sido torpe para todos los deportes… ¿tú crees que seré capaz de aprender?” JAM me comentó que el 80-90% de sus alumnos, terminan patinando… y eso me animó a intentarlo. Además me ayudó a decidir el equipo que debía comprar en función de mis posibilidades (patines, protecciones…). 

Los comentarios de mi familia, fueron totalmente de “apoyo”: 
- Mi madre: “¡dónde vas a tu edad! ¡que te vas a matar!” 
- Mi mujer: “¡pero tú sabes la pasta que te has dejado en equipamiento (me compré buen equipo, decidido a continuar patinando) para dejarlo en 2 días!!!???” 
Pero yo seguí en mis trece, y fui al curso. 

Esperaba ser “el abuelo” del grupo, pero resultó que todos los compañeros estaban entre los treinta y tantos y los sesenta… así que muy bien. 

Casi todos empezábamos desde cero. JAM nos enseñó las técnicas básicas: permanecer de pie, en parada, desplazarse, caer “con estilo” (y de manera segura), giros, freno, descenso… y terminamos el curso con una ruta por diversos tipos de suelo en la ciudad. 

Muchos aprovechamos los días que no había clase para practicar por nuestra cuenta lo que habíamos aprendido en la sesión anterior (esto ayuda mucho, de verdad).
Al final de las 5 sesiones, le dije una frase a JAM que nunca olvidaré: “No te puedes imaginar cómo has conseguido que suba mi autoestima deportiva en 15 días”. 
Santi, patinando la ciudad
Efectivamente, aunque parezca increíble, no es que fuera capaz tras 4 días de curso salir el 5º de ruta, es que considero que era uno de los alumnos más aventajados. Bien es cierto que ayuda mucho el practicar entre semana, y el ser (como me decían los compañeros) “temerario”. Y es que el que no arriesga, nunca consigue nada. Claro, todos nos llevamos nuestra ración de caídas y demás… pero vamos bien protegidos, y hoy en día me podéis ver patinando por las calles de Zaragoza varias veces por semana. 

Para mí, iniciarme en el patinaje en línea ha sido una pequeña historia de superación, una forma de hacer deporte pasándolo bien, y de encontrar un grupo de gente encantadora. 

Desde aquí quiero animar a todos los “torpes” como yo, que siempre les hubiera gustado patinar, pero que consideran que son demasiado mayores o “poco aptos” para esta actividad, que rompan los tabúes, y que se atrevan a intentarlo. Veréis como después del curso, salís tan satisfechos como yo.

Santi